El problema con Alessandro Stradella es que ha pasado a la historia tanto como compositor del Barroco, como por su disoluta y aventurera vida.
En el fondo no es ningún problema: los tratados de historia de la música hablan de sus óperas y oratorios y otros medios más sensacionalistas, por clasificarlos de alguna manera, de sus historias amorosas, de sus huidas perseguido por maridos celosos y de su trágico final asesinado por sicarios.
Pero hay quien convirtió una etapa de la vida del personaje en una novela amorosa.
Fue un escritor de éxito norteamericano de principios del siglo XX, Francis Marion Crawford, y su obra fue titulada con el apellido del músico, Stradella (1909).
Porque, aparte de un vividor, Stradella es uno de los grandes creadores italianos del Seicento, perteneciente a la segunda generación de compositores de cantatas, junto a Antonio Cesti, Mazzaferrata, Savioni, Tenaglia y Legrenzi. Además.
Tanto Stradella como Legrenzi son recordados por sus óperas y oratorios.
Alessandro Stradella compuso hasta seis óperas, aunque, de acuerdo con Giuseppe Ottavio Pitoni, un compositor contemporáneo de nuestro hombre que fue maestro de capilla de San Pedro de Roma, por encima de éstas destaca en calidad su oratorio San Juan Bautista de 1676.
El oratorio es una pieza de música sacra, mas no litúrgica, en el que se dramatiza una escena o tema bíblico en forma de recitativo, arioso, arias y coros, que generalmente cuenta con un narrador denominado testo.
Stradella llegó a escribir seis oratorios y parece ser que su técnica llegó a influir en el mismísimo Handel.
Nacido en 1639 en Nepi de noble cuna, Alessandro Stradella, estudió en Bolonia y hacia 1667 ya estaba en Roma, donde escribía sus motetes, óperas y oratorios.
Su buena posición social le evitaba tener que ponerse al servicio de algún grande y era lo que hoy conocemos como freelance, un profesional independiente que recibe comisiones por lo encargos que realiza para terceros.
En 1669 tuvo que huir de Roma al verse envuelto en un escándalo relacionado con la malversación de fondos de la Iglesia, a donde regresa poco después cuando las aguas se calman.
En 1677 vuelve a dejar la Ciudad Sagrada después de haber enfurecido al cardenal Alderan Cibo y recala en Venecia.
En dicha ciudad tiene lugar uno de sus más sonados asuntos de faldas que es relatado de forma novelesca por Rupert Hughes en su libro de 1903 Love Affairs of Great Musicians (disponible de forma gratuita en el Proyecto Gutemberg).
Según Hughes, la dama en cuestión era una joven noble romana a la que Stradella daba clases.
Parece ser que Hortensia, que así se llamaba la mujer, estaba amancebada con un noble veneciano, pero ello no fue obstáculo para que cayese rendida ante nuestro músico y ambos decidieron fugarse hacia Roma.
Alvise Contarini, el amante protector de la dama, no dudó en mandar a dos asesinos tras la pareja con la misión de lavar su honor con la sangre de ambos.
Tras muchas vicisitudes que Rupert Hughes nos describe con todo detalle, Alessandro y Hortensia llegan a Turín donde se creen a salvo, aunque en esa ciudad Stradella sufre un atentado contra su vida del que se salva.
No obstante, en 1682 un nuevo ataque acaba con la vida de la pareja, consumando la venganza del veneciano despechado.
Los amores de Alessandro Stradella y Hortensia Grimani centran la trama de la novela del norteamericano Marion Crawford.
Este escritor nació en Italia y vivió en lugares tan exóticos como la India, donde estudió sánscrito, trabajando como colaborador de diversos periódicos y escribiendo novelas de éxito en su época.
Las más conocidas, a pesar que la fama que tuvo en su época no ha llegado hasta nosotros son A Cigarette-Maker’s Romance (1890) y Khaled: A Tale of Arabia (1891).
Muchas de sus historias tienen lugar en Italia, títulos como Don Orsino, Casa Braccio o Corleone.
El año de su muerte, que tuvo lugar en 1909, publicó la obra que nos ocupa, Stradella.
En ella da una visión novelesca de su vida -más aún si cabe que su vida real-, y de sus amores con Hortensia.
A los protagonistas le suma un elenco de personajes secundarios, como los sirvientes de ambos, Cucurullo y Pina, o los asesinos, que aquí se llaman Trombin y Garbandella.
La realidad y la ficción se mezclan y entrecruzan en las historias que nos llegan del genial Alejandro Stradella, emborronando lo que sabemos de él.
Hay fuentes que apuntan a que sus asesinos en Génova fueron unos tales hermanos Lomellini, cuya hermana habría sido seducida por el músico.
¿Serían los hermanos de Hortensia o se trataría de otra dama? En cualquier caso, queda perfectamente claro que a nuestro compositor de oratorios le perdían las faldas.
Nadie es perfecto.
Un último apunte: la novela de Francis Marion Crawford se puede descargar de forma gratuita en inglés desde la web del Proyecto Gutemberg.
Maravillado por el «Aria e recitativo de la Beata Virgine» de su Cantata de Navidad, una de las sublimes joyas del barroco italiano… y perfectamente ignorada. Es un Ave Maria que iguala o supera la intensidad emocional de las de Shubert (Bach) o Gounod. A recomendar la magnifica grabacion de Jolanda Mancini