Es muy habitual que unos maestros homenajeen a otros sobre todos si han sido maestros o grandes puntos de influencia.
Eso es lo que hace nuestro maestro de hoy.
Compone una pieza emocionantísima y muy bella, como comprobarás.
La polifonía, una vez más, es capaz de emocionar y pesar de sus líneas austeras y de que sean obras aparentemente litúrgicas.
El maestro que hoy te presento es Jean Richafort (c1480-1547), compositor franco-flamenco del que se desconoce su lugar de nacimiento, aunque probablemente lo hizo en Hainaut., ya que es muy probable que fuese de habla francófona.
Fue maître de chant en la catedral de Malinas, justo cuando Margarita de Austria se establecía allí.
Parece ser que posteriormente estuvo en la corte francesa.
El cargo que ejercía en Malinas pasó a llevarlo a cabo en Brujas, donde es muy posible que muriese.
La maestría de Richafort se encuentra principalmente en sus motetes en los que se declara un ferviente admirador de Josquin.
En sus obras usa cantus firmi, ostinatos, cánones, paráfrasis y otros motivos de imitación.
Un punto capital en su música es el Requiem in memoriam Josquin Desprez, a seis voces.
Por deducciones internas, parece que fue compuesto tras la muerte del maestro Desprez (de ahí que se piense que Richafort pudo estudiar con este).
De hecho, utiliza un mismo motivo en canto sarum que usó Desprez; igualmente, cita una chanson del propio Josquin.
La obra es especialmente contemplativa y estática (y, por qué no, extática), con esa sonoridad propia de la música franco-flamenca.
La obra está salpicada aquí y allá con irresistibles disonancias que includo dotan a la música de una carga aún más teológica si cabe.
Sin duda un profundo homenaje a quien fue maestro de maestros y músico de músicos.
Escrito por Pepe Gallardo (AeternaChristiMunera)
IM-PRE-SIO-NAN-TE