La manera en que el cuerpo humano reacciona ante la música ha sido una preocupación ampliamente documentada por la ciencia. Numerosas investigaciones dan cuenta de lo que ocurre en las personas cuando escuchan diferentes melodías, ritmos y armonías. Uno de sus efectos es que facilita y afianza el proceso de aprendizaje.
Según la revista científica News Medical , un estudio de la Universidad de Helsinki reveló que al oír música clásica se aumenta la actividad de los genes involucrados en la secreción de dopamina. Este es un neurotransmisor liberado por el hipotálamo que se encarga del aprendizaje, la memoria, la atención y el movimiento, entre otras funciones.
Precisamente, Laurence O’Donnell, intérprete del fagot y creadora del sitio Music Power, escribió en el portal Cerebromente que “la música de Mozart y la música barroca, con un patrón de 60 pulsaciones por minuto, activan el lado izquierdo y derecho del cerebro. Esta acción cerebral simultánea maximiza el aprendizaje y la retención de información.
Situación que ocurre porque mientras los contenidos estudiados tienen efecto en la parte izquierda, la música se encarga de estimular el hemisferio derecho. “Además, actividades que requieren de ambos lados del cerebro, como tocar un instrumento o cantar, hacen que incremente la habilidad para procesar información”, agregó O’Donnell. Y anotó que por eso en la Antigua Grecia se solían cantar los dramas: la música facilitaba el recuerdo de las historias.
De hecho, una infografía publicada por el portal Educational Technology and Mobile Learning, explica que la música ayuda a recordar porque estimula la memoria a largo plazo. Escuchar una canción específica ayuda a traer los recuerdos creados cuando sonó en un momento pasado. Por eso, puede resultar bastante efectivo presentar los exámenes y evaluaciones oyendo las mismas melodías con las que se estudió. Además, tanto oír música como practicar un instrumento activa nueve partes diferentes del cerebro.
La infografía coincide el blog Lifehacker en que la música puede relajar la mente, contribuir a la concentración, eliminar las distracciones, combatir la fatiga e, incluso, mejorar la actitud personal frente a una actividad que es considerada aburrida. Eso sí: no todos los géneros de música tienen la misma efectividad en el cerebro. La clásica suele resaltar por sus beneficios seguida del jazz, que puede ser una alternativa.
“La clave para que la música sea útil en el aprendizaje es el orden. En el caso de la música clásica y barroca el orden específico de sus periodos conlleva a que el cerebro responda de ciertas maneras. Este orden incluye repeticiones y cambios, ciertos patrones de ritmos y contraste”, insistió O’Donnell. Agregó que es recomendable que los patrones solo se repitan una vez, porque si son más veces el cerebro entra en una etapa de pensamiento subconsciente y el aprendizaje ya no es efectivo.
En otro de sus artículos, el portal Lifehacker reportó que cuando se escucha música clásica hay un incremento en la atención visual. Los niños participantes en un estudio reportaron mejores resultados cuando tenían esta melodía de fondo que cuando se encontraban en ambientes de ruido y silencio. Además, el texto desarrolla los beneficios que trae para la educación aprender a tocar un instrumento.
Según una investigación registrada por la organización Plos One , los niños que tenían más de tres años de entrenamiento musical presentaron un mejor desempeño en habilidades motrices que aquellos sin este tipo de educación. Además, los primeros también tuvieron un vocabulario más amplio, junto con mayores capacidades de razonamiento.
En este sentido, la página web The Globe and Mail recopiló cinco beneficios que los niños perciben cuando aprenden a tocar un instrumento o se entrenan musicalmente. Uno de ellos es que, justamente, la música puede ayudar con las tareas de matemáticas, así como el hecho de que la música cultiva el aprendizaje e inspira la creatividad.
Para ampliar la información consulte News Medical , Cerebromente , Educational Technology and Mobile Learning , Lifehacker , Plos One y The Globe and Mail .
No va a hacer falta, con la próxima reforma educativa se cargarán las ciencias como han hecho con las humanidades, solo quedará el inglés para estudiar.