Recital de música española con un fuerte sentido universal.
«Forma Antiqva» y la soprano María Espada, con la dirección de Aarón Zapico, repasaron en el II Concierto del ciclo «Primavera barroca» la obra de compositores barrocos españoles -incluidos extranjeros que trabajaban en España- y su extensión por Hispanoamérica.
La labor de rastreo y preparación de partituras fue realizada por la cátedra de filosofía de la música de la Fundación Gustavo Bueno que dirige Raúl Angulo.
El concierto se desarrolló en la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe con un público entendido y entregado como suele ocurrir en las citas barrocas.
Forma Antiqva es conjunto residente en el Auditorio, como explicó su director y la cantante solista, habitual del coliseo así que de entrada se creó un clima de intimidad entre el respetable y los cinco músicos en escenas: María Espada, soprano; Ruth Verona, chelo; Daniel Zapico, tiorba; Pablo Zapico, guitarra barroca y el propio Aarón Zapico que dirigió y tocó el clave.
La sesión se abrió con «Los impossibles» de Santiago de Murcia, compositor a caballo de los siglos XVII y XVII.
La partitura pertenece al Saldívar Códice, hallado en México en 1942; siguió con «En la rama frondosa», de Ceruti con especial lucimiento para la soprano que canta de maravilla y vocaliza excelentemente en español; «Déjame, tirano dios» de Literes; una pieza de Durón, muy aplaudida; alemanda y aria de Corelli y para terminar con «Cercadme flores», de la «Cantata al santísimo» de Torres, que está en la catedral de Guatemala.
El público aplaudió con entusiasmo durante minuto y medio y se ganó dos propinas «Ser l´aura spira», de Frescobaldi y «Trompicábalas», de Hidalgo que en conjunto valieron otros tres minutos de ovaciones encendidas.
Fuente Javier NEIRA | Ine.es
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