Ab Amor m’er a contendre,
Que no m’en posc estener,
Qu’en tal loc me fai entendre
Don eu nul joi non esper
Anceis me fari’ a pendre
Car anc n’aic cor ni voler!
Mas eu non ai ges poder
Que.m posca d’Amor defendre.
(Bernart de Ventadorn)
Hélas, el Amor Cortés! Qué sufrimiento tan gozoso, qué sumisión del enamorado a la dama (generalmente casada y, por lo tanto, mayor de edad). Una dama siempre tan distante, admirable y con un compendio de perfecciones físicas y morales que ningún caballero podría resistirse.
Esta filosofía del amor floreció en la Provenza francesa del siglo XI, una concepción de la Europa medieval que expresaba el amor en forma noble y caballeresca.
El trovador, poeta provenzal, era la figura destacada en este tema, era más respetado que los juglares de la épica medieval. Se trababa por lo general de un amor secreto y ente miembros de la nobleza, así como de un amor adúltero.
Por lo tanto, el poeta ocultaba el objeto de su amor sustituyendo el nombre de la amada por una palabra clave (senhal) o seudónimo poético, a fin de que no fuera profanado por el mundo exterior.
Así, se conceptualiza este amor como un fenómeno volitivo y libre.
La dama era libre de corresponder o no al amante, o dicho en otros términos, de conceder el »galardón» -que el enamorado con frecuencia solicitaba, aunque no debiera hacerlo- Esto implicaba que la dama aceptaba el amor del caballero, brindándole su bons semblans, tratándolo sin aspereza y mostrándole buen rostro.
Pero lo cierto es que la amplitud del vocablo es ciertamente mayor, y con mucha frecuencia encerraba un sentido de recompensa sexual.
Y es que el amor cortés llevaba implícito el goce erótico concreto -sensorial y físico- como retribución, por más que un sector de la crítica creyera que existía en él sólo el deseo de alcanzar la unión de dos almas, por ser un amor platónico, exclusivamente ideal.
Por ello, en los comienzos, el tono de los poemas era altamente erótico, incitado por la pasión carnal entre un hombre y una mujer.
Con el paso del tiempo y la refinación de la técnica esa relación entre ambos fue transformándose en ese juego secreto, llegando a alcanzar un estado máximo de virtuosismo.
Esta erótica fundada en la sublimación de la dama nos ha llegado plasmada en las composiciones langue d’oc– para ser cantadas por los trovadores, o interpretadas por juglares y ministriles.
Todo indica que creaban tanto los textos como la música que los acompañaba. Testimonios de éstos nos han llegado gracias a los cancioneros, que nos han trasmitido sus vidas, razones y composiciones.
Raimbaut de Vaqueiras, Bernart de Tolosa, Peire Vidal, Berenguer de Palou, Giraut de Bornelh.. son sólo algunos de los nombres que conservamos.
De su música incluso menos, pues sólo una pequeña parte de las melodías trovadorescas han llegado a nuestros días en forma de notación mensural, lo que provoca los pertinentes problemas de interpretación.
La utilización de la lengua romance determina fundamentalmente la métrica de la producción trovadoresca, no siendo aceptadas hoy en día versiones que se ciñan a ritmos modales y que crean, por tanto, conflictos entre el texto y la música.
Quizás una interpretación flexible y declamada asegure una unión adecuada de ambos, encontrándonos entonces ante la evidencia de una estructura musical subordinada totalmente a la poesía.
Un particular ejemplo de interpretación de este repertorio lo encontramos en Trobadors. El amor cortesano en la Edad Media, disco que Capella de Ministrers grabó en la ermita gótica de San Feliu de Xàtiva en 2000.
Una apasionante aproximación monográfica que combina con sabia alquimia el más profundo rigor musical e historicista con un sentido lúdico y vivo del hecho artístico, que aproxima al corazón de la Edad Media bajo el prisma de la más estricta contemporaneidad.
Podrán encontrar más información al disco aquí
Bibliografía:
– Gómez, Maricarmen (2001), La Música Medieval en España. Kassel: Reichenberger
– Molina, Ana (2010), Amor Cortés. En: www.arteguias.com
– Pietrini, Sara (2000), Por amor de una virgen. En: Mundo Medieval, 1. Barcelona: RBA.
– Riquer, Martín de (2004), Vidas y amores de los trovadores y sus damas. Barcelona: Acantilado.
– Schwartz, Debora (2010), Courtly love. California Polytechnic State University.
– Walde, Lillian von der (1997), El amor cortés. En: Espacio Académico, Cemanáhuac, III.