De nuevo resuenan por aquí palabras duras y fuertes y, en este caso, lo será también la música.
Aunque es de una época antigua, las palabras evocaron al maestro que la compuso una música de esas que impactan desde la primera audición y que a partir de ese momento ya no te deja indiferente. ¡A las pruebas me remito!
El maestro no es otro que el gran Orlande de Lassus (1532-1594), flamenco nacido en Mons.
Fue el compositor más prolífico y versátil del XVI y a la vez el más alabado y admirado por toda Europa.
Es considerado el compositor de polifonía de la madurez de este género y, junto con Palestrina y Victoria, forma parte de la tríada líder en este campo.
No solo compuso música religiosa sino también profana, destacando sus madrigales.
Se convirtió en un maestro muy famoso y otros iban a Múnich a trabajar con él, como es posible que hiciesen tanto Giovanni como Andrea Gabrieli.
Fue invitado a trabajar en distintos lugares pero dijo: «No quiero dejar mi casa, mi jardín y otras muchas cosas buenas de Múnich».
Uno de los motetes más celebrados de Lassus es el titulado Timor et tremor, a 6 voces, que puede traducirse como «Temor y temblor».
Fue publicado en 1564 y sorprende por varios motivos. Uno es la brevedad y, también, la expresividad.
Su intenso cromatismo se pone al servicio del texto.
Esos saltos interválicos y movimientos cromáticos le aporta a la obra una gran cantidad de matices y de colores, de sobras y de claroscuros.
Aunque la obra no está pensada, en principio, para ningún tipo ni celebración concretos, bien podría ser una obra para la Cuaresma, por su contenido y por su carácter de meditación.
La partitura de esta joya universal la tienes aquí.
La interpretación se debe a la Capella Sancti Michaëlis dirigida por Erik van Nevel.
Escrito por Pepe Gallardo (AeternaChristiMunera)