El maestro en intérprete de la flauta japonesa shakuhachi Rodrigo Rodríguez ha lanzado un nuevo disco, Music for Zen Meditation. Al igual que su obra precedente The Road of Hasekura Tsunenaga (2013), este trabajo nos devuelve a la tradición musical japonesa del Medievo y en concreto a la ascética de los monjes budistas komuso.

El argentino de nacimiento Rodrigo Rodríguez ha estudiado en Japón música clásica y tradicional como alumno del reconocido maestro de shakuhachi Kohachiro Miyata, vinculado al linaje Mu-Ryu, y es un experto de talla internacional en la interpretación de este instrumento, así como en las tradiciones asociadas a él.

El shakuhachi llega al archipiélago nipón en el siglo VI procedente de China, pero su interpretación evoluciona de una forma totalmente autónoma e independiente de la que tiene lugar en el continente debido al aislamiento al que se somete Japón. Se trata de una flauta de bambú que se toca verticalmente como la flauta dulce y a diferencia de la travesera.

Los monjes komuso de la secta Fuke, conocidos como “los monjes del vacío”, utilizaban desde el siglo XIII este instrumento dentro de la práctica ritual del suizen ozen soplado». Estos religiosos portaban una especie de cesto de mimbre en la cabeza, que les cubría la cara por completo, como símbolo de su desapego terrenal.  El hecho de que el shakuhachi se interprete en vertical les permitía tocar sin tener que descubrirse la cabeza.

La música de shakuhachi es evocadora e hipnótica; es como una llamada al interior del ser, como un diálogo íntimo con uno mismo, como una llamada a la calma y a la introspección procedente de la naturaleza. De un maestro de shakuhachi, se dice que puede invocar una quietud interior en los oyentes, “como un tranquilo río que refleja la luna de invierno”. Se trata por tanto de melodías idóneas para la meditación.

Music for Zen Meditation-Shakuhachi Japanese Flute presenta una colección de piezas antiguas y de composiciones del propio Rodríguez. Se trata de catorce temas de profundo corte naturalista que mezclan la melodía en capas con sonidos de agua y que exhiben una extraña belleza desnuda y minimalista.

Rodrigo Rodríguez presentará su trabajo en la sede del Instituto Cervantes de Tokio, pero también ofrecerá numerosos recitales en España de abril a octubre, en Madrid (La Quinta de Mahler, Centro Conde Duque, Espacio Ronda, Escuela de Astrorreflexología), Vigo (Centro Punta de Couso) y Valladolid (Aula Museo Paco Díez). Todos los detalles sobre sus actuaciones están aquí.

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