Oídos frescos y riqueza en descripciones, estos son los elementos para rescatar música antigua a través del periodismo…
No se trata de enumerar logros o aportar datos de un músico, sino de acortar la distancia entre el artista y el público, incluyendo el lector, destacaron en la beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural.
Rescatar el significado y el valor de la música antigua va de la mano con una labor periodística que apueste por «oídos frescos» y por descripciones ricas en detalles, más allá de enumeración de logros y premios de un músico o intérprete, destacaron integrantes de la beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural.
En el marco del Festival Internacional de Música de Cartagena, Jonathan Levi y Héctor Feliciano, maestros encargados del módulo sobre música de dicha beca, enfatizaron en la importancia de hallar nuevas formas para describir la ejecución de un músico y dejar atrás prácticas que sólo aportan datos a los potenciales lectores de una nota periodística o reseña.
Si bien tener conocimientos previos o saber leer música representa una ventaja sustancial para este tipo de periodismo, dijeron, se requiere ofrecer información sustanciosa tanto a un público asistente a un festival como al lector.
“Una pieza exitosa es aquella en la que el lector comienza y llega hasta el final”. Es necesario engancharlo, atraparlo y no soltarlo, afirmó Feliciano, según refiere Ángel Unfried en una nota relativa al taller.
La riqueza de las descripciones, los detalles, una anécdota poderosa y la fuerza de la historia hacen la diferencia para acortar distancia entre el lector y el evento, es decir, escribir qué es lo que hace único a uno u otro personaje o por qué es indispensable que alguien vaya al concierto de ese intérprete.
Lograr esto no es un ejercicio sencillo, anotaron, además de investigación, se requiere mantener las antenas alerta, y tener en cuenta que en ocasiones el público es nuevo, lo que los hace más abiertos para tener una grata experiencia musical.
Fuente: Jornada.unam.mx