Audio del programa de radio A la carta, presentado por Sergio Pagán.

«La aparición de la imprenta musical fue un elemento de gran importancia en la difusión de la música durante el Renacimiento.

Las composiciones que hasta ese momento sólo se conservaban en forma de manuscritos o en la memoria de los propios músicos, comenzaron, a partir del desarrollo de la imprenta musical, a difundirse con rapidez y facilidad.

Pero durante muchos siglos, la música se conservó en libros, cancioneros y códices manuscritos.

Hoy tendremos ejemplos de músicas impresas y de músicas manuscritas….

Los manuscritos que nos han llegado desde la Edad Media son numerosos y cubren practicamente todos lo estilos que por esos mismos años se suceden en el resto del continente.»

ANTIFONARIOS MOZÁRABES

Tenemos dos manuscritos en los cuales se recogen los cantos de la liturgia hispana, o mozarabe si se prefiere: el Códice de León(S.VII) y el Códice de Silos(S.IX).

Están escritos in campo aperto, lo cual quiere decir que no hay referencia a la altura de los neumas.

Los neumas hispanos tienen las mismas características que los de sus contemporaneos europeos, con la particularidad de que cada tipo de neuma posee gran número de variantes.

En esencia se pueden clasificar en cuatro tipos: cuadrados, que denotan sonidos sólidos y largos; cursivos, que denotan ligereza en la pronunciación del sonido; y licuescentes, avisan sobre alguna dificultad en la pronunciación de los textos.

Además de estos antifonarios, sobre canto mozárabe tenemos los cantorales mandados confeccionar por el cardenal Cisneros en el siglo XV, para uso de la capilla mozarabe del Corpus Christi en Toledo.

En ellos se emplea la notación mensural contemporanea. Pero a pesar de la diferencia de escritura, desde el punto de vista formal podemos hablar de un mismo corpus de cánticos junto a los de Silos y León.

Además de estos antifonarios, sobre canto mozárabe tenemos los cantorales mandados confeccionar por el cardenal Cisneros en el siglo XV, para uso de la capilla mozarabe del Corpus Christi en Toledo.

En ellos se emplea la notación mensural contemporanea.

Pero a pesar de la diferencia de escritura, desde el punto de vista formal podemos hablar de un mismo corpus de cánticos junto a los de Silos y León.

Antifonario de León, Gloria, Emi

Antifonario de Silos, Oración de Jeremías, Emi

LAS CANTIGAS DE SANTA MARIA

Cuatro son los codices que nos transmiten el monumento más importante de la lírica hispánica religiosa de los siglos XIII y XIV: dos de ellos se conservan en la biblioteca del Escorial, el tercero en la Biblioteca Nacional de Madrid y el cuarto en la Biblioteca Nacional de Florencia, aunque este último carece de notación musical.

Uno de los códices del Escorial es bautizado por Angles como Codice Princeps, por la perfección de su notación como de su caligrafía, así como por la cantidad y calidad de las miniaturas, en las cuales por cierto, encontrará el interesado en organología medieval una de las más completas fuentes iconográficas del mundo, y que nos ha servido para ilustrar abundantemente nuestra sección de Instrumentos.

El contenido de las cantigas de santa María lo constituye las narraciones de los milagros de la virgen en verso, salpicadas de medio centenar de piezas en las que no se narran milagros. La lengua utilizada no es el castellano, que todavía estaba en pañales, sino el galaíco-portugués, más querido por el rey músico por su probada eficacia poética y lírica.
La inmensa mayoría tienen la forma de cantiga con refrán, relacionada con el zejel árabe. Aunque también hay virelais y villancicos.
Aunque la tradición presenta al rey Alfonso X el Sabio, como el autor de estas cantigas, es más probable que aun siendo autor de algunas, su papel fuera principalmente de inspirador y alma mater:

El rey face un libro, non por que el escriba con sus manos, más porque compone las razones del e las emienda, e igua, e enderesça, e muestra la manera de como se deban fazer.

Sin embargo está claro que la composición de la mayoría de ellas es de origen culto, ya que obedecen a una estética y a una forma bien precisas.
La escritura del codice del Escorial, es mensural, lo cual facilita la interpretación del ritmo. Aunque muchos musicologos se inclinan por el ritmo libre o variable. Además todos coinciden en la conveniencia de cantarse acompañadas de instrumentos, como sugieren las imágenes que ilustran los manuscritos que las contienen.

Texto y música de la cantiga 131 del Codex Princeps.

De muitas guisas (nº58), Emi

Santa María, strela do dia (nº100), Emi

LAS CANTIGAS DE AMIGO DE MARTIN CODAX

De todo el amplio repertorio de cantigas galaico portuguesas, unas 2100, si exceptuamos las 400 de Santa María que son de género religioso, el resto, unas 1700 son de género profano, entre las cuales se encuentran las llamadas Cantigas de Amigo.

Lamentáblemente solo seis de estas cantigas de Amigo han llegado a nosotros con la música, y de una forma ciertamente milagrosa (a pesar de ser de temática profana). Son cantigas de refrán, es decir llevan un estribillo que debía entonar un coro; la estrofa consiste en una pareado simple, lo cual las hace muy adecuadas para la danza y la participación colectiva.

Los temas son siempre recurrentes, el amor, el mar y la ciudad de Vigo al fondo. La notación cuadrada, semejante a la de los manuscritos de la Biblioteca Nacional de las cantigas de Santa María.

EL CODEX CALIXTINUS

Copiado en el siglo XII, siendo por ello el primero de nuestros grandes manuscritos polifónicos de la Edad Media, en Santiago de Compostela. Contiene unas 20 composiciones a dos voces, organa sobre todo. Por su notación y tipo de organa podemos compararle al de San Martial de Limoges, en Francia. Aunque nuestro códice guarda una sorpresa y es el primer organum del que se tiene noticia a 3 voces, el Congaudeant Catholici, del que te ofrecemos una versión midi y otra audio.

Congaudeant Catholici

Congaudeant Catholici, Emi

EL MANUSCRITO DE TOLEDO

Fue escrito a finales del siglo XIII, y contiene el repertorio de obras de la escuela de Notre Dame. En total contiene 60 conductus, 23 motetes y unos pocos organa. Una de las características de este códice es que reduce el número de las voces, por ejemplo el tenor se encuentra ausente en los motetes.

CODICE DE LAS HUELGAS

Fue copiado a principios del siglo XIV. Se trata de un documenrto de primera categoría para conocer la práctica del canto polifónico en España. Todas las piezas pertenecen al canto del Gradual y no del Antifonario, es decir que debían interpretarse en la Misa, y no en el Oficio.

Hay organa del tipo de Notre Dame, pero son más frecuentes los organa libres en los que cada voz hace un dibujo contrapuntístico. También tenemos conducti y motetes.
Los conducti son numerosos, y la voz organal se desarrolla en dos estilos diferentes: melismático y silábico. En el conductus VI, tenemos un ejemplo de esos dos estilos en una misma pieza, al principio y al final melismático, en la sección central silábico.
Una de las piezas más singulares de este códice y también de la polifonía medieval es un conductus a dos voces que contiene una invitación al solfeo, y parece destinado al aprendizaje del mismo por parte de las novicias (este monasterio era exclusivamente femenino).

En cuanto a los motetes tienen de particular que no aparecen en lengua vernácula sino en latín, a diferencia de los de Montpellier, por ejemplo, de la misma época. El motete Homo miserabilis del que se ha encontrado otra versión en el Codex Bamberg tiene un caracter fúnebre como de danza de la muerte. Podeis comprobarlo haciendo un clic sobre el link de abajo
En el códice de las Huelgas están representadas casi todas las secciones del ordinario de la misa. El Gloria es el único ejemplo de Ars Nova de todo el manuscrito. Os propongo escuchar el Benedicamus Domino que se cantaba al final de la misa y que tiene la peculiaridad de ser un rondellus a tres voces, forma muy utilizada durante todo el siglo XIII, y que no es otra cosa que un canon «avant la lettre».

Conductus VI

Homo miserabilis, Sony Classical

Benedicamus Domino, Sony Classical

EL LLIVRE VERMELL

De principios del siglo XIV data este manuscrito conservado en el monasterio de Montserrat. Es un libro destinado a los peregrinos que llegaban al monasterio, donde se establecen una serie de normas de conducta y, lo que más nos interesa a nosotros, una pequeña colección musical destinada a ser cantada y bailada por los mismos peregrinos.

De las diez piezas que contiene, cantos polifónicos y danzas sagradas, tres son en forma de Caccia o canon a dos y tres voces, y tres cantinelas también a dos y tres voces. De las primeras os propongo escuchar O virgo splendens; de las segundas una cuya letra excepcionalmente está en catalán, Imperayritz de la ciutat ioyosa lo cual la convierte en la primera obra conocida en España de polifonía en lengua vulgar.

El tercer fragmento musical, Ad mortem festinamus lo he incluido por tratarse de otro ejemplo de danza de la muerte, del que ya hemos oído el Homo miserabilis de las Huelgas
De este manuscrito son muchas las cuestiones singulares, pero yo destacaría la fuerte influencia de lo popular en el estilo de composición de las Caccias.

O Virgo splendens, Emi Classics

Imperayritz de la ciutat ioyosa

Ad mortem festinamus, Emi Classics

RENACIMIENTO

Así como en el Medioevo debemos hablar de Códices o Manuscritos, en el Renacimiento hay que hablar de Cancioneros, ya que las fuentes musicales que de esta época nos han llegado no son otra cosa que colecciones de canciones polifónicas.
Frente a la canción franco-flamenca, la canción española mantiene su extrema simplicidad. Cada una de la voces posee un estilo extremadamente cantable, pero al tiempo la escritura de la canción es vertical. Solo el coral protestante posee una estructura parecida en el arte del contrapunto, despojado de todo artificio: Pocas imitaciones, ausencia casi total de cánones, inversiones, aumentaciones o movimientos retrógrados; y junto a esto una extraordinaria movilidad de cada voz dentro del conjunto.

La canción española utiliza formas y temas populares, algunos de los cuales siguen vivos en el folclore español.

EL CANCIONERO DE PALACIO

Una de las fuentes musicales española más importante del finales del siglo XV y principios del XVI, es el cancionero de Palacio, con 551 composiciones, de las que conservamos unas 460.
Se le conoce con este nombre porque fue hallado en el Palacio Real de Madrid. También se le conoce como el cancionero de Barbieri, por haber sido este compositor y musicólogo quien lo estudió y transcribió a finales del siglo XIX.
La mayoría de sus autores son anónimos, aunque se supone que pertenecieron a la corte de los Reyes Católicos y a otras cortes principescas del país. Los más importantes son Juan de Anchieta; Francisco Peñalosa; Francisco de la Torre; y por supuesto Juan del Enzina.
He elegido dos piezas anónimas para ilustrar el cancionero de Palacio, ya que las que van firmadas las encontrarás en la sección de autores. La primera de ellas es instrumental.

El cervel mi fa, Astree

A los baños de amor, Astree

EL CANCIONERO DE LA COLOMBINA

Su nombre se debe a que fue hallado en la biblioteca de Fernando Colon, hijo de Cristobal, conservada todavía en Sevilla, con un centenar de piezas de finales del siglo XV y principios del XVI, es decir de la época de los Reyes Católicos. Al igual que el de Palacio recoge canciones y villancicos polifónicos de autores españoles, tales como Francisco de la Torre, Juan de Triana, Juan Urrede, Juan Cornago, etc y otros extranjeros, el más conocido de los cuales es Ockeghem.

Las dos muestras musicales son de compositor anónimo, la primera vocal-instrumental, la segunda instrumental.

Lealtat, o lealtat, Astree

In exitu Israel, Astree

EL CANCIONERO DE MEDINACELLI

Data de la segunda mitad del siglo XVI, concretamente de la época de Felipe II. Recoge unas 177 canciones, de las cuales más de la mitad son de género profano, lo cual sugiere que pudiera ser encargo de alguna noble casa, con habitos musicales, muy probablemente ubicada en Sevilla (puerta de las Indias, verdadera capital financiera de España, durante estos años) como la de los duques de Medina Sidonia, o la de los Condes de Ureña, ambas poseedoras de bien dotadas capillas musicales, aunque todo son suposiciones. Lo que si es cierto es que gracias a él conocemos canciones, villancicos y madrigales (más de 50) de músicos de la talla de Rodrigo de Ceballos, Juan Navarro, Francisco Guerrero, y otros muchos anónimos.
Incluimos dos ejemplos anónimos, uno vocal Puse mis amores, de hermosa y delicada factura contrapuntística, y otro instrumental sobre el bajo Guardame las vacas.

Puse mis amores, Astree

Diferencias sobre las vacas, Astree

Texto recogido de Manuscritos y Cancioneros Musicales

4 comentarios en «Música antigua – Música manuscrita y música impresa»
  1. Un saludo desde Colombia. Una gran pagina, llena de informacióny conocimiento, una gran regalo de los que se les ocurrió una página como esta, y más en esta época donde la planta gratis ya no se usa.

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