Audio del programa de Radio de RTVE, Música antigua a la carta, presentado y dirigido por Sergio Pagán:

«Hoy vamos a dedicar nuestro tiempo a la música con la que se recreaba y enriquecía los actos y ceremoniales de su corte, el rey Christian IV de Dinamarca, sin duda el monarca con mayor interés hacia la música de los de su tiempo….»

En su corte trabajó durante casi una década John Dowland.

Pero otros maestros como Schuetz, Gabrieli, Orologio, Brade y Robinson también estuvieron vinculados a él.

Incluso William Shakespeare se dice que entró en contacto con su persona. Hoy tendremos algunos ejemplos de todo ello.

John Dowland (1563 – 20 de febrero de 1626) fue un compositor y laudista inglés, uno de los músicos más famosos de su época.

Se conoce muy poco de la vida temprana de Dowland, pero generalmente se admite que nació en Londres o posiblemente Dublín. Se sabe que en 1580 fue a París, donde trabajó al servicio del embajador de Inglaterra ante la corte de Francia. Allí se convirtió al catolicismo tras amenazas del emperador y posiblemente trabajó hasta 1587.

Después de buscar en vano un puesto en la corte protestante de Isabel I de Inglaterra, según él debido a su conversión, estuvo al servicio del duque de Brunswick y del conde de Hesse. Asimismo viajó a Italia.

Desde 1598 trabajó como músico en la corte de Christian IV de Dinamarca.

Volvió a Inglaterra en 1606 y por fin en 1612 obtuvo un puesto como laudista de Jacobo I de Inglaterra. También tocaba sus canciones a un público extenso. Murió en Londres.

Aunque fue famoso en su época como laudista y cantante, hoy en día es reconocido como un gran compositor de música melodiosa y armónica.

Compuso 87 canciones (para voz y laúd) que se publicaron en tres Books of Songs or Ayres (1597, 1600 y 1603), A Pilgrims Solace (1612) y Musical Banquet (publicado por su hijo Robert en 1614).

Sus demás obras incluyen: Lachrimae (1604), conteniendo 21 obras instrumentales, y muchas piezas para laúd solo.

Su música a menudo muestra la melancolía que estaba de moda en esa época. Una de sus obras se llama Semper Dowland, semper dolens (‘Siempre Dowland, siempre triste’) y se podría decir que es una descripción adecuada de su obra.

Por Marta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *