El grupo vocal La Reverdie está especializado en los sonidos del medievo y en este caso nos trae una obra basada en la música veneciana del Trecento: Venecie mundi splendor – Marvels of medieval Venice – Music for the doges, 1330-1430. Se trata de una aproximación a una época fascinante en la que la música italiana comenzaba a abandonar los estrictos cánones medievales para abrazar el Ars Nova que estableció un puente hacia la música del Renacimiento.
En concreto es una tendencia que se inicia a principios del siglo XIV y que se extiende en el tiempo hasta finales del XV, época en que las tres escuelas europeas inicialmente independientes –la francesa, la italiana y la inglesa-, confluyen en una especie de consenso, generando un único ideal válido para toda Europa. El Ars Nova, término acuñado por el músico Felipe de Vitry (1291-1361), tiene la función de establecer una diferencia estilística con el Ars Antiqua, que se consideraba propio del siglo XIII y por tanto pasado de moda.
El conjunto La Reverdie tiene su origen en 1986 cuando las dos parejas de hermanas formadas por Claudia y Livia Caffagni y Elisabetta y Ella de Mircovich deciden juntarse para dar vida a este proyecto centrado en la música de la Edad Media. Treinta años después nos encontramos con un ensemble que ha firmado hasta dieciocho discos, gran parte de ellos con el sello ARCANA, y que ha cosechado numerosos galardones entre los que destaca el primer Diapasón d’Or de l’anne asignado a un grupo italiano por la categoría Música Antigua en 1993. Ese mismo año se incorpora al sonido de La Reverdie el cornetto de Doron David Sherwin. La formación actual del grupo es variable según el repertorio a acometer y puede ir desde los tres a los catorce músicos.
Si nos centramos en el contenido de Venecie mundi splendor, abre el disco una pieza de Marchetto de Padua que es algo anterior y precursor de la época que contempla esta obra puesto que murió hacia 1319. No obstante, es el autor del más antiguo tratado italiano de música polifónica que se conoce, Pomerium in arte musicae mensuratae y establece principios relacionados con la afinación, el cromatismo y los valores temporales. Aunque hay cierta controversia al respecto, para algunos se anticipó con sus teorías al Ars Nova de Philippe de Vitry. A este compositor solamente se le han podido atribuir tres motetes y gracias a que en uno de ellos, Ave regina celorum / Mater innocencie, aparece el acróstico de su nombre en el texto. Nació en Padua como indica su nombre, pero trabajó en otras ciudades del Veneto.
También está presente en el CD de La Reverie el gran Francesco Landini, que a pesar de ser ciego desde niño a causa de la viruela, fue el más grande compositor de su tiempo, además de poeta, filósofo, astrónomo, organista y, por si fuera poco, fabricante de instrumentos. Sus composiciones incluyen varios madrigales a dos y tres voces y un elevado número de ballate.
Sin duda el nombre más representado en el disco es el de Antonius Romanus del que se sabe que fue cantor en San Marcos de Venecia entre 1420 y 1432. Parece ser que estuvo grandemente influido por Johannes Ciconia, también presente en el disco. Aparte de varios movimientos de una misa, Venecie mundi splendor, incluye Ducalis sedes inclita / Stirps Mocinico un motete que puede ser datado hacia 1414 pues está dedicado al dogo de Venecia Tommaso Mocenigo que fue elegido en dicho año. Por otro lado, la pieza Carminibus festos / O requies populi también incluida está dedicada al dogo Francesco Foscari, que asumió el cargo en 1423, y Aurea Flamigeri compuesta en alabanza de Gianfrancesco Gonzaga, marqués de Mantua y condottiero.
El ya citado Johannes Ciconia participa en en disco con una obra que da título al conjunto: Venecie mundi splendor / Michael qui Stena domus, que conmemora la sumisión de Padua a Venecia. Ciconia aunque nacido en Lieja vivió y trabajó en Italia y fue un teórico que publicó los tratados Nova Musica y De Proportionibus.
Finalmente, el disco incluye una pieza religiosa del compositor franco flamenco Hugo de Lantins y un sugerente motete de Christoforus de Monte, Plaude decus mundi, que cierra el conjunto.
Venecie mundi splendor combina la majestuosidad de la música medieval con la sutileza del sonido de las voces de las integrantes de La Reverdie que consiguen extraer todo el sentimiento de esas maravillosas composiciones del siglo XIV.