Para el violagambista y director de orquesta Jordi Savall (Barcelona, 1941) la música es puente entre el pasado y el presente. Un encuentro entre civilizaciones, la fusión de bellezas y emociones.
Por ello ha dedicado casi 40 años a la revalorización de la música antigua. A pesar de su especial interés en composiciones francesas, Savall encuentra en las españolas y las mexicanas este puente de encuentro, el punto en que convergen dos culturas y sus propias historias. “Nuestras culturas evolucionaron luego de la conquista, pero se inspiraron mucho una de la otra para formar su cultura, como la música que sin duda es un diálogo una con otra. Miguel de Cervantes decía que La Chacona (danza en tres tiempos) era una indiana amulatada que viene de Las Indias, esta descripción muestra esta fusión de la que hablo”, afirma en entrevista.
A ello se debe que en los conciertos que ofrecerá la próxima semana en México, primero en Puebla y luego en el Palacio de Bellas Artes, presente una suerte de retrospectiva de la música mexicana y española a partir de sus coincidencias en ritmos, estilos y temas.
“Se verá la conexión musical que resultó del encuentro de estas dos civilizaciones, el punto principal es que en los primeros años en que llegaron los hombres conquistadores se produjo un encuentro entre la cultura prehispánica, la española e incluso la africana con los esclavos que traían, y ahora tenemos combinaciones muy hermosas”, detalla. Quien fuera reconocido con la Orden de las Artes y las Letras de Francia ejemplifica con el fandango, de origen mexicano, y el fandanguillo de Almería, creado en España; composiciones que además de compartir el nombre, convergen estilos y estructuras. “A mí me gusta toda la música mexicana, desde el norte hasta la de Veracruz, pero no podemos negar que tiene influencia española, incluso podemos percibir elementos de las comunidades de africanos”, añade quien tocará acompañado del grupo La Capella-Reial Catalunya Hesperion, del que es fundador.
Jordi Savall se presentará el 27 de abril a las 20:30 horas en el Foro Música Antigua del Festival Internacional 5 de Mayo, en Puebla. También el 29 abril a las 17:00 horas, en el Palacio de Bellas Artes.
El artista con más de 120 discos grabados confiesa que su gusto por la música antigua lo adquirió a los seis años de edad, cuando se integró al coro de la escuela donde estudiaba y con el que descubrió los tantos recorridos por tiempos pasados que podía hacer a través de las melodías. También encontró que la música antigua conserva la belleza y la emoción de épocas viejas. “Acercarse a estas melodías es como transportarse a otros tiempos como cuando vas a un museo y viajas a mundos desconocidos con obras de Picasso o Goya”, dice quien canceló su presentación en el Festival de Música de Morelia 2011 por la muerte de su esposa. Durante su adolescencia realizó estudios superiores de música y violonchelo en el Conservatorio de Barcelona y en 1968 se trasladó a Suiza para ampliar su formación en la Schola Cantorum Basiliensis, donde adoptó su “segunda voz”: la viola da gamba.
“Cuando crecí me puse un poco triste de haber perdido mi voz de niño, probé muchos instrumentos y encontré la viola y me di cuenta que era el instrumento que podía cantar mejor que yo, que su música se acerca mucho a la voz humana y lo adapte como mi segunda voz”, recuerda quien también ha dirigido la Orquesta Sinfónica de la Fundación Calouste Gulbenkian, la Orquesta Camerata de Salzburgo y la Filarmónica de San Francisco. Luego de cuatro décadas, Savall dice que la música ha sido su pase de abordar para conocer distintas ciudades y, aunque asegura que todas tienen una característica, confiesa que disfruta del público latino. “Mi experiencia es que los países donde hay menor desarrollo de tecnología muestran mayor sed de conocimiento, me sucedió en México y Colombia, que luego de presentarme ahí llevé el mismo programa a Boston y Washington y vi una diferencia de calidad enorme”, concluye el Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona.