En primicia mundial, el grupo español La Tempestad graba las ‘Sinfonías londinenses’ de Haydn en los arreglos de Salomon.
«Soy Salomon de Londres y vengo a buscaros; mañana concluiremos un acuerdo». Esta frase fue el preámbulo de un cambio crucial en la vida de Joseph Haydn, y con él en la evolución del sinfonismo. Natural de Bonn, Johann Peter Salomon (1745-1815) era violinista, pero su relevancia en la historia de la música es otra. Instalado en la capital inglesa, Salomon destacó desde 1786 como promotor musical de una serie de conciertos para el Hanover Square Rooms, adonde decidió invitar a los dos más prestigiosos compositores del momento. Viajó a Viena y convenció a Mozart y a Haydn para que aceptaran su oferta, aunque el salzburgués tuvo que aplazar su viaje, un aplazamiento que la muerte convirtió en cancelación.
Pero la marcha de Haydn fue casi inmediata. El fallecimiento del príncipe Nicolás I de Esterhazy, que lo había librado de sus más enojosas obligaciones en Eisenstadt, le permitió partir para Londres en diciembre de 1790. Su presentación pública tuvo lugar el 11 de marzo de 1791, día que estrenó su Sinfonía nº96 con un éxito clamoroso. En su primera gira londinense, que duraría más de un año, Haydn escribió y presentó seis sinfonías (por este orden, nos. 96, 95, 93, 94, 98 y 97) más la Concertante Hob.I/105, intercalada entre las dos últimas. Todos los estrenos fueron ovacionados. En enero de 1794 volvió a Londres para una segunda gira que duraría hasta el año siguiente, presentando las Sinfonías 99 a 104.
Las sinfonías londinenses elevaron a Haydn al status de mito vivo. Toda la Europa musical ardía en deseos de conocer sus nuevas aportaciones al género, que tienen que ver sobre todo con la ampliación de la sonoridad orquestal: la estructura en cuatro movimientos y la forma sonata parecían consolidadas, así que las principales novedades afectan a la tímbrica, con el uso ya corriente junto a la cuerda de maderas, trompas y trompetas a dos (las del segundo grupo incluyen clarinetes) más los timbales, con implicaciones armónicas también relevantes.
Intuyendo su futuro comercial, Salomon compró los derechos de las sinfonías y las editó en una versión para teclado, con violín y cello ad libitum, pero no contento del todo, en 1798 publicó un segundo arreglo para quinteto (flauta, dos violines, viola, cello) y fortepiano ad libitum. La Tempestad presenta ahora la primera integral discográfica de las doce sinfonías en los segundos arreglos de Salomon. Dirigido por Silvia Márquez al fortepiano, en el grupo se reúnen algunos de los mejores instrumentistas españoles del ámbito barroco: el flautista Guillermo Peñalver, los violinistas Farran James y Pablo Prieto, el violista Antonio Clares, la violonchelista Mercedes Ruiz y el contrabajista Ventura Rico. Sus interpretaciones son espléndidas, estilizadas y gráciles, elegantes y distinguidas, de una claridad diamantina y una extraordinaria variedad de matices, que hacen compatibles la intachable geometría de la forma con la vitalidad, el sentido del humor y las píldoras de expresividad prerromántica que albergan estas obras inspiradoras y geniales. Un álbum luminoso.
Escrito por Pablo J. Vayón para diariodesevilla.es/