Daniel V. Villamediana retrata el trabajo de La Reverencia en su filme ‘De Occulta Philosophia’, cuya banda sonora se recoge en el disco ‘El instante desvanecido’.
Del gusto por la música antigua al reto de filmarla, de llevarla a su cine de forma esporádica a ser protagonista de su primer documental, ese ha sido el salto dado por el realizador vallisoletano Daniel V. Villamediana en ‘De Occulta Philosophia’.
La cinta ha recorrido varios festivales y a partir del 23 de abril se comercializa en dvd por Cameo.
Antes verá la luz el disco resultante del trabajo de La Reverencia, el ensemble que interpreta la banda sonora, bajo el título de ‘El instante desvanecido’.
Bach estaba en su primera película, ‘El toro azul’, y Diego Ortiz en la segunda, ‘La vida sublime’. «Esta obra de Ortiz la interpretaba La Reverencia.
Les hice saber mi interés por su trabajo y a raíz de aquello ha venido esto», explica Villamediana.
«La intención primera era hacer no una película documental sino un filme musical.
En realidad la parte didáctica es algo que no estaba previsto.
Queríamos filmar al grupo y su proceso de trabajo». El planteamiento era «filmar el proceso de creación de la música», que empezó incluso por el instrumento.
«Andrés Alberto Gómez, clavecinista y fundador del grupo, me contó que le estaban construyendo un clave. Así que fuimos a filmar esa construcción. Fue algo extraordinario conocer a Titus, uno de los mejores constructores de claves del mundo».
La condición de lo efímero
La película fue creciendo y abrazó también al musicólogo Rubén López Cano.
«Para mí, el conocimiento y la experiencia van unidos y se han de filmar unidos. Toda experiencia tiene un conocimiento detrás y en necesario reflejarlo como parte del proceso. Por eso no es un filme didáctico, sino una película musical que refleja el proceso de conocimiento».
Y descubrió la «retórica musical del barroco. Era muy importante y lo desconocía por completo. Me ayudó a la planificación de las secuencias. Planifiqué en relación con la retórica musical. Quería huir justamente de lo gratuito cuando se filma la música».
El director inició así un viaje «de lo material –el sonido– a la emoción. la música y el cine tienen en común la condición de lo efímero, lo inasible» a través de la llamada música antigua, que mirada desde hoy es el barroco.
«Para mí la música barroca tiene carácter universal, no está mediada por un ‘yo’ atormentado que trata de expresar sentimientos personales como sucede en el romanticismo, sino que busca conmocionar a todos los oyentes. Tiene algo de comunión universal y es de una gran belleza estética. En ocasiones, menos de las que se piensa, es espiritual. También es ornamento. Pero cuando los grandes músicos ornamentan, es bello. En general era una música muy libre, más espontánea. No era una música fija. Con los siglos ha sido así, pero cuando se interpretaba, cada pieza sonaba de forma diferente. De ahí la comparación con el jazz de la que se habla en el filme».
Villamediana conoce la libertad que daban los compositores a los intérpretes con unas partituras menos ‘anotadas’ que las posteriores clásicas y románticas.
«Se han tenido que reconstruir algunos instrumentos y no sabemos cómo sonaba, ya que no hay registro sonoro». ‘De Occulta Philosophia’ se rodó en Liétor (Albacete), Barcelona y Sabiñán (Zaragoza).
De los festivales a la tienda
Como en la reconstrucción de aquel sonido, así trabaja Villamediana en su cinta.
«Mis películas se construyen en los rodajes. Trabajamos un equipo reducido y muy dinámico que nos movemos bien en un planteamiento que cambia según van sucediendo las cosas. Si nos falla lo esperado, ficcionamos la realidad según nos convenga».
La película se estrenó en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, luego en el de Marsella, «tuvimos mucha suerte porque es un festival muy exigente», luego en Sevilla y en breve se exhibirá en Tubinga, Alemania.
Aquel proyecto pequeño financiado gracias al crowfunding tiene una larga vida que se hará comercial a partir del 23 de abril, en un dvd editado por Cameo.
Antes estará a la venta ‘El instante desvanecido’, quinto disco de La Reverencia.
El ensemble que dirige el clavecinista Andrés Alberto Gómez nació en 2003.
Este su quinto disco y recoge obras para clave de Froberger, Couperin y Bach, además de instrumentales y cantatas para soprano de Buxtehude, Tunder, Schmelzer y Becker.
Los músicos reunidos para esta grabación han sido la soprano Paloma Gallego, Pavel Amilcar, violín, Manuel Pascual, corneta, Jorge Miró, viola da gamba, Thor Jorgen, violone, y Andrés Alberto Gómez, clave y órgano.
Fuente V. M. NIÑO | ElNorteDeCastilla.es
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