Aceptó el cargo en 2010 con 40 espectáculos programados la temporada anterior y un presupuesto de 3,3 millones de euros.
Desde el principio le advirtieron que entraría con un recorte que le dejaría el dinero disponible en dos millones.
Lo abandona en 2018 con cerca de 300 conciertos listos y apenas un incremento en la cuenta de 2,2 millones por parte del ministerio de Cultura.
Estas son las cifras del testamento que deja Antonio Moral en forma de temporada del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), que el gestor abandonará en el mes de octubre, después de haber creado este organismo y haber permanecido ocho años a su frente.
Su espectacular gestión deja algo más que claro: no sólo es dinero lo que necesita un gestor cultural.
Cunden más la audacia, la imaginación y el arrojo.
El cansancio y la necesidad de dejar paso a otros tras ocho años en el despacho han sido razones de peso.
«No me voy -siguió-, como decía el titular de algún periódico, porque Cultura esté dominada por Hacienda, que lo está, sino porque ha llegado el momento de irse. Este organismo necesita aire fresco y yo, después de trece años en primera línea, cinco en el Teatro Real y ocho aquí, también lo necesito»
Pero también, como dijo, que en el ministerio de Cultura, concretamente en el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (Inaem), del que depende el CNDM, manda más Hacienda que el responsable del ramo.
Este miércoles, en su multitudinaria despedida, lo corroboró desde una posición crítica: “Hacienda debe estar para ayudar a Cultura, no para fiscalizarla”.
Lo había anunciado a principios de año.
Le trasladó a Montserrat Iglesias, directora general del Inaem, que no renovaría.
Pero que, a cambio, le dejaría la temporada 2018-19 perfilada.
Ella trató de que prorrogara otro año.
En vano.
Así que este miércoles presentó su última oferta de programación y dijo adiós.
Presumió de su progresión de cifras espectaculares.
Las que han convertido la plataforma en la más ambiciosa dentro de la programación musical del espectro público.
Espectáculos de primera a precios muy reducidos, que parten de 5 euros y raramente sobrepasan los 50.
Moral corroboró su posición crítica con el Gobierno: “Hacienda debe estar para ayudar a Cultura, no para fiscalizarla”.
Para la nueva travesía: 293 actividades en Madrid y 28 ciudades españolas y 14 extranjeras, de Europa a América Latina e Israel.
En la capital seguirán programados los ciclos de más éxito: el Bach Vermut, Universo Barroco, Fronteras, Jazz, Flamenco, Liceo de Cámara…
Todos ellos en el Auditorio Nacional, o el de Lied que se desarrolla en el teatro de la Zarzuela y el series 20/21 en el Reina Sofía.
Se une este año uno de músicas actuales, más cerca del pop, en acústico.
También nuevas sedes, como Palencia y Segovia, una noticia que no quiso perder Clara Luquero, la alcaldesa de esta última ciudad, presente en el acto.
Lo mismo que acompañaron a Moral la directora del Inaem y sus tres predecesores –Felix Palomero y Miguel Ángel Recio-, con quienes ha llevado a cabo su gestión.
No desveló Moral sus planes de futuro.
Pero sí dejó claro que sale de un lugar ya consolidado.
“Con un público fiel –cerca del 80% de ocupación- y compositores e intérpretes que lo necesitan”.
Una de las claves del CNDM han sido los encargos de nueva creación: 134 en los últimos ocho años, así como 332 estrenos absolutos.
El más inmediato mañana, con el Cuarteto Casals y una obra de Benet Casablancas, que estará presente.
El legado de Moral resulta difícil de superar.
“Mi etapa en el CNDM ha sido, quizás, la más apasionante de mi carrera”, confesó.
Y no es poco en quien empezó dentro de la programación musical española con el Festival Mozart, creó el ciclo Grandes Intérpretes de Scherzo, consolidado hoy por Patrick Alfaya, siguió con los de Lied y el Liceo de Cámara, fue un revulsivo, junto a Pilar Tomás, de la hoy absolutamente moribunda semana de Música Religiosa de Cuenca y brilló como responsable artístico del Teatro Real hasta 2010.
Este es el currículum de uno de los gestores culturales más prestigiosos y controvertidos de Europa.
¿Qué le depara el futuro?
Sólo dijo dónde no acabará, para desmentir rumores: “No iré al Palau de les Arts de Valencia”, zanjó.
Lo demás… Misterio.
El director del CNDM, de 61, afirma también necesitar un respiro, pero no evita insistir con otras razones que, en su opinión, hacen del INAEM una entidad poco flexible.
«Llevan una década fiscalizados constantemente desde dentro, con una rigidez diaria que imposibilita giras, contrataciones o gastos imprevistos. “Ni la dirección del Inaem ni yo estamos para luchar contra los elementos.
De todo mi tiempo, el 80% se va en solucionar problemas administrativos, no artísticos”, afirma Moral en el reportaje, proponiendo además una salida para la institución:
«Que se convierta en una agencia pública o fundación dependiente del Estado. Lo mismo que quieren hacer con el Teatro de la Zarzuela, ¿por qué no lo trasladan al resto?
No sería privatizar, como denuncian los sindicatos.
Eso no es correcto. Se trata de flexibilizar la gestión».
Las Músicas Históricas llevan a León a Savall
Antonio Moral se despide de la dirección del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), que dejará el 30 de septiembre, con una programación para la temporada 2018/19 compuesta por 293 actividades en 12 comunidades autónomas y 14 ciudades extranjeras.
En León, la 16 edición de las Músicas Históricas contará en esta ocasión con nueve conciertos, del 17 de enero al 25 de mayo.
La música de Tobías Hume, de François de Couperin —del que se celebra el 350 aniversario de su nacimiento— y de José Nebra centrarán buena parte del programa. En la presentación no se mencionó el Festival de Órgano, que el año pasado contó con el respaldo del CNDM.
En la programación cabe destacar la recuparación del oratorio de Francisco Hernández Illana (1700-1780), La soberbia abatida por la humildad de san Miguel.
El gran violagambista Jordi Savall volverá nuevamente al Auditorio —donde se celebrarán los nueve conciertos— y será el encargado de abrir la programación con un recital que girará en torno a la música del compositor británico Tobías Hume.
La música italiana llegará de la mano de Capella Neapolitana y de la Real Cámara, uno de los grupos más importantes de la escena barroca española.
Moral afirmó ayer durante la presentación de esta temporada, acompañado de la directora general del Inaem, Montserrat Iglesias, que el CNDM «habrá tocado todos los palos en lo que a música se refiere; es como los antibióticos: de amplio espectro».
Bajo el título #Negra 2.5.0. se incluye el concierto dedicado al compositor bilbilitano José de Negra, coincidiendo con el 250 aniversario de su muerte.
La formación Nereydas, bajo la dirección de Javier Ulises Illán, y con la soprano María Espada, recuperarán las zarzuelas Viento es la dicha de amor e Iphigenia en Tracia o la ópera Amor aumenta el valor.
Ya en su octava edición, y organizado por el CNDM, se celebra el Curso de Interpretación Vocal Barroca, bajo la dirección de Eduardo López Banzo.
Éste es el testamento de Antonio Moral en el CNDM
Una temporada con cerca de trescientas actividades (293, concretamente), entre ellas 241 conciertos, que se celebrarán en 28 ciudades españolas de doce comunidades autónomas, además de Madrid, y catorce ciudades extranjeras; el estreno de 49 nuevas partituras y la recuperación de 35 obras inéditas del patrimonio musical español.
Estas son las cifras del testamento que deja Antonio Moral en forma de temporada del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), que el gestor abandonará en el mes de octubre, después de haber creado este organismo y haber permanecido ocho años a su frente.
«La decisión es plenamente mía, para lo bueno y para lo malo, y yo estaré a disposición del nuevo director, o directora, en todo momento».
Del CNDM dijo Moral que era «el proyecto que más me ha interesado. Creo que está consolidado y que además es irreversible por dos razones: el público lo ha hecho suyo y la intérpretes y creadores españoles lo necesitan»