Contra viento y marea, y a pesar de la que está cayendo, el Festival de Música Antigua de Málaga, que organiza la Orquesta Filarmónica de la ciudad, celebrará su novena edición del 8 al 13 de julio, en un periplo más veraniego que en ocasiones anteriores, con seis conciertos de diversa consideración estética aunque constituyentes de un único (e interesante) discurso.
Además del retraso en la fecha, que permitirá poner un mayor colorido musical al verano malagueño, tradicionalmente exento de coyunturas clásicas, la mayor novedad de la propuesta reside en su sede: y es que cinco de los seis conciertos se celebrarán en el Teatro Cervantes (habitualmente reservado en el historial del ciclo tan sólo al concierto de clausura, que suele oficiar la misma OFM), mientras que el sexto acampará en el Teatro Echegaray.
El Festival ocupa así el hueco que queda libre en el primer escenario de Málaga entre el Terral y las muchas funciones del musical La Bella y la Bestia, y lo hace ganando visibilidad con el objetivo de ganar nuevos públicos a la causa.
Aunque con menos conciertos respecto a anteriores convocatorias, el certamen reúne atractivos suficientes como para que el balance final sea más que positivo.
Con respecto al contenido del programa, el Barroco vuelve a ser protagonista del festival, aunque desde una doble perspectiva y en una singularidad enriquecedora: los seis conciertos revisan las raíces populares y clásicas en las que el Barroco hundió sus raíces en Europa ya a comienzos del siglo XVII y, por otra parte, apuntan las direcciones que la misma materia barroca siguió durante buena parte del siglo XVIII más allá del Viejo Continente, en virtud del colonialismo imperial, con especial atención alNuevo Mundo.
Esta novena edición tiene por tanto mucho de idas y vueltas con el fin de forjar un ilustrativo panorama del Barroco, sin olvidar, de cara al gran público, algunos de sus éxitos más sonados.
Es el caso del primer concierto del festival, el que ofrecerá la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (grupo residente del certamen, que se presentará con la misma formación que cautivó al público que abarrotó la Catedral de Málaga la pasada Navidad al abrigo de ElMesías de Haendel) el lunes 8 de julio en el Cervantes bajo la dirección de Michael Thomas con dos títulos incontestables: Las cuatro estaciones de Vivaldi y el Concierto de Brandeburgo nº3 de Bach, en una cita que contará con la participación de Juan Francisco Padilla a la tiorba y de los alumnos del Conservatorio de Danza Pepa Flores.
El martes 9, el certamen se trasladará al Teatro Echegaray con el grupo Música Prima y su programa Nuevos Mundos: De las músicas indígenas al Códice Trujillo, un repertorio que incluye desde cantos rituales precolombinos hasta las músicas peruanas que recopiló el obispo Martínez Compañón en el Códice Trujillo durante el siglo XVIII.
El miércoles 10, el festival regresará hasta el Teatro Cervantes, de donde ya no volverá a salir.
Y lo hará con uno de los conciertos más atractivos del ciclo: el que unirá en el escenario al grupo Accademia del Piacere, dirigido por el violagambista Fahmi Alqhai (ya bien conocido por los espectadores del festival malagueño), y el cantaor onubense Arcángel, con un proyecto que bajo el lema Las ideas y las vueltas incluye improvisaciones barrocas sobre melodías populares españolas, músicas mestizas y tradicionales, romances, folías, seguiriyas, danzas y guajiras.
No menos interés conserva la propuesta del grupo Oniria, que tomará el relevo el jueves 11 con Ministriles del Nuevo Mundo, un concierto que rescata los repertorios de las primeras capillas musicales que los músicos europeos constituyeron en América al servicio de los conquistadores españoles ya en el siglo XVI, con obras de compositores como Gutiérrez de Padilla, Juan de Lienas y Fernández Hidalgo.
El viernes 12, la Coral Polifónica y Orquesta Barroca de la Basílica de San Juan de Dios de Granada hará lo propio con una pieza que hará las delicias de los amantes del Barroco: nada menos que la semiópera de Purcell Elrey Arturo, en una versión para concierto dirigida por Juan Ignacio Rodrigo Herrera.
Cerrará el ciclo la OFM el sábado 13 con la dirección de Aarón Zapico y un programa que, con el título La Rejouissance, celebrará el espíritu jubiloso de Telemann y especialmente de la Música para los Reales Fuegos de Artificio de Haendel. Lo suyo, oigan, es no perdérselo.