Audio del programa de radio de RTVE, Música Antigua a la carta, presentado y dirigido por Sergio Pagán.
Un programa de radio, un discurso, un libro, un ensayo, una obra arquitectónica, una ópera, una suite u otros composiciones musicales, deben comenzar con una introducción, un prólogo, un proemio, un pórtico, una sintonía, una obertura, un título, un exordio, un preámbulo o un preludio.
Un elemento del discurso que prepara lo que va a acontecer contribuyendo a que exista un orden y una estructura que ayude a la comprensión.
En la música este elemento que precede al desarrollo del discurso musical, sea una suite, una fuga u otras formas musicales se ha denominado durante siglos «Preludio».
Pues bien, nosotros hoy vamos a adentrarnos en el origen y la evolución de este mundo de los Preludios.
Un preludio es una pieza musical breve, usualmente sin una forma interna particular, que puede servir como introducción a los siguientes movimientos : fuga, sonata de una obra que son normalmente más grandes y complejos.
Muchos preludios tienen un continuo ostinato debajo, usualmente de tipo rítmico o melódico. También hay algunos de estilo improvisatorio.
El preludio también puede referirse a una obertura, particularmente a aquellos de una ópera, oratorio o ballet.
El «preludio» en su origen consistía en la improvisación que hacían los músicos con sus instrumentos para comprobar la afinación. Inicialmente como forma musical, era una pieza que introducía a otra más extensa.
De los siglos XV a XVII se compusieron preludios no ligados a ninguna obra extensa, improvisados.
Fue durante el siglo XVIII cuando el preludio se asocia a la fuga con Johann Sebastian Bach en su obra para órgano o en «el clave bien temperado» y así, la forma alemana «preludio y fuga» alcanza su máxima cumbre en las obras compuestas para órgano y clave.