El último decreto del sector público hace peligrar los logros de la entidad, según los trabajadores. El Institut, sin déficit ni aumento de plantilla, gestiona la Jove Orquestra i el Cor de la Generalitat.
La gestión del Cor de la Generalitat y la consolidación de la Jove Orquestra de la Generalitat son dos de los proyectos que pone en peligro la aplicación del decreto ley de Medidas de reestructuración del Sector público en el Institut Valencià de la Música (IVM). Ambas formaciones musicales, una excelente en el ámbito de la formación y generación de nuevos valores y la otra en su proyección nacional e internacional, dependen orgánicamente del IVM, que pasará a formar parte del consorcio Culturarts cuando se aplique el decreto.
Y hay más cosas en peligro, según el comunicado lanzado hace unas horas por los trabajadores del Institut.
Entre ellas, «la continuidad» de festivales de larga trayectoria y consolidados, como el de Música Antigua y Barroca de Peñíscola, con 17 ediciones, entre otros certámenes, conmemoraciones y producciones.
Según los trabajadores, la desaparición del IVM puede hacer «inviables» estos festivales.
¿Y que será del apoyo público a la música y a la actividad de las entidades musicales, federaciones, ayuntamientos, empresas distribuidoras, productoras discográficas, profesionales de la música en el ámbito valenciano, así como festivales con reconocimiento internacional como el Iturbi, el Tárrega o el de Habaneras de Torrevieja?.
La supresión de este apoyo «supondrá una merma de la actividad musical», aseguran.
Pueden verse » interrumpidos y gravemente recortados», asímismo, tanto las labores de defensa y conservación del patrimonio musical valenciano, como los trabajos de investigación, recuperación, catalgoación y difusión de fondos de música tradicional, así como las colboraciones con instituciones tales que el Real Colegio del Corpus Christi, El Micalet o el Ateneo Mercantil. La biblioteca especializada en música de la Comunidad Valenciana que gestiona el IVM se nutre, explican, de donaciones y legados como los de Matilde Salvador, Luis Sánchez, Agustín Alamán, Carlos Palacio o Salvador Seguí.
No ha aumentado su plantilla ni generado déficit y ha sido gestionado «de modo eficiente», dicen, el Institut de la Música, a pesar de «las reducciones presupuestarias de los últimos años», d a lo largo de sus 14 años de vida. Este proyecto «se ve ahora seriamente amenazado por el decreto ley, advierten los trabajadores del organismo, que tiene una plantilla de 32 miembros del Personal técnico y administrativo del ente público, más el Cor de la Generalitat Valenciana, que supone otras 80 personas.
«Emplazamos a los responsables de la aplicación del Decreto Ley a evitar daños irreparables en una de nuestras principales señas distintivas y a garantizar la continuidad de los frutos cosechados durante estos catorce años con notable esfuerzo y con la implicación de numerosos colectivos», concluyen en el comunicado.
Fuente: ElPais.com