En Usos amorosos del dieciocho en España (Madrid, 1972), Martín Gaite nos descubría un curioso fenómeno surgido a mediados del siglo XVIII, casi al mismo tiempo que la llamada tonalidad escénica, se llamaba »el cortejo», y suponía un cambio radical en las severas costumbres sociales españolas.
Las damas del siglo XVIII podían relacionarse con el sexo contrario, tener un amigo que no fuese alguien de la familia.
Y entre otra moda que llegaba de Italia, »el cicisbeo» (chichisbeo), de susurrar, hacer confidencias, es decir, galantear, y hasta la posibilidad de tener un amante sin ser por ello apartada de la sociedad.
Los modernos e ilustrados aceptaron pronto »el cortejo» y una buena parte de las españolas de las clases altas lo acogieron con entusiasmo.
En el clero se produjo una escisión.
Ciertos abates »correveidiles» influyeron en la práctica de »el cortejo», ya que ellos mismos podían llegar a serlo.
Pero los predicadores tradicionales a lo »Fray Hortensio», seguían pidiendo el recato del siglo XVII, donde sólo las modosas y obedientes podían tener un marido.
Este les imponía sus gustos sin que ellas pudieran rechistar.
El »estrado», donde pasaban el día las mujeres cin sus criadas, empezó a dar paso a tertulias mixtas más abiertas y dispuestas a poner en tela de juicio dogmas religiosos, políticos o sociales.
Tales tertulias llegaron a convertirse en »saraos», donde se cantaba y se bailaba el minué y la contradanza.
Muy próximas a este mundo, pero en un clima más recatado y menos caprichoso, de »voluptuosidad decente», como dijo entonces de las españolas la duquesa de Abrantes, situamos las doce delicadas »canzonette italiane» de Vicente Martín y Soler (1754-1808), uno de los más destacados compositores líricos del siglo XVIII.
Estas XII Canzonette italiane, que se pueden acompañar al clave, al arpa o a la guitarra son un buen ejemplo del estilo melódico claro y sencillo, dulcemente expresivo, del maestro valenciano.
Están dedicadas a las damas, en este caso a damas ingenuas y modosas, fieles y enamoradas.
Solo el texto de una de ellas La natura, revela algo que empezaba a ocurrir en las ciudades españolas importantes.
La revalorización de lo popular, de lo cual eran vehículo las actrices famosas como María Ladvenant, Catalina Pacheco La Catuja, María de Guzmán Guzmana la Buena, María la Chica La Granadina, Nicolasa Palomera Nicolasita, la arrebatadora andaluza María Antonia Vallejo Fernández La Caramba, entre otras.
Su ascensión en la escala social llevaba al pueblo llano a imitar a la nobleza y alta burguesía.
La primera que marca esa moda es la duquesa de Alba.
Es la primera en aplebeyarse.
Cayetana viste con redecilla, va sola por la calle, acude al Paseo del Prado por la noche.
Por otra parte, los petimetres y usías envidiaban el comportamiento erótico de majas y manolos.
Las majas demostraban más »despojo» en el amor que las madamas y petimetras.
Acaso estas sólo sabían de conversación y ni eso, porque la ignorancia entonces de buen parte de ellas las llevaba a hablar de tonterías y a sus cortejos.
Las XII Canzonette de Martín y Soler son un buen ejemplo del espíritu de esta burguesía.
Este conjunto de casi imperceptibles cambios que van configurando la sociedad de la época dieciochesca, bien sea a través de las canciones, las costumbres domésticas, las relaciones matrimoniales y familiares, o la manera de vestir queda muy bien explicada a través de estas palabras de Andrés Ruiz Tarazona, a preludiando el disco Dedicate alle Dame, de Capella de Ministrers, muy a tenor del día que celebramos hoy, el de la Mujer.
Entre contradanzas de Josep Marset, canzonette de Martín y Soler y tonadillas de Blas de Laserna, Capella de Ministrers dibuja a una mujer española cada vez más liberal.
No perdáis la ocasión de adquirirlo en CapellaDeMinistrers
Nota: A tenor de Vicente Martín y Soler pueden escuchar un monográfico dedicado a su producción musical en RTVE-Vida de artista
Brava Béatrice!!!