Juan Enrique Miguéns se marca el reto de llevar los conciertos del Festival Pórtico do Paraíso fuera de la ciudad de Ourense, en el momento que se logre dimensionar más el evento, para desarrollar parte de la programación en marcos tan incomparables como los monasterios de Oseira, As Ermitas, San Estevo y Celanova. El Festival Pórtico do Paraíso acaba de cerrar su quinta edición con un gran éxito. Los conciertos fueron seguidos por unas 3.000 personas en distintos monumentos de la ciudad.
El Festival Pórtico do Paraíso cuenta con un presupuesto de 90.000 euros, para la contratación de grupos de música culta, fundamentalmente europeos, cuyos repertorios abarcan desde la Edad Media hasta la actualidad. El Concello de Ourense aporta el 55% de la financiación; la Xunta, un 13%, y diferentes firmas comerciales ourensanas ponen el 32% restante.
La idea de poner en marcha el festival nació en el verano de 2007. El punto de partida fue el programa que organizó Juan Enrique Miguéns, con motivo de la celebración del cincuenta aniversario del Conservatorio de Ourense. «Aquello funcionó muy bien durante tres meses, y constatamos que había un público receptivo hacia la música culta». La primera edición se realizó en 2008.
Armonía
El Festival Pórtico do Paraíso programa desde la música medieval hasta melodías de compositores vivos, buscando una armonía entre las composiciones musicales y el patrimonio monumental de la ciudad. «La gente este año pudo escuchar música renacentista en la catedral de Ourense, delante de un magnífico retablo renacentista, aunque es románica y también tiene elementos barrocos. La utilización de espacios emblemáticos de la ciudad es un valor añadido a la música».
De todas formas, el criterio predominante es buscar la mejor acústica para cada grupo de instrumentos. La clausura se realizó el domingo con un grupo de música medieval, en la iglesia Santiago das Caldas, construida en el siglo XX, «pero también había música del siglo XX», por lo que «hubo un acercamiento cronológico». En Santa Eufemia «tuvimos un programa barroco, dentro de una iglesia de las mismas características». Y en el Teatro Principal hubo «música clásico-romántica, utilizando el piano». Pero en otras ocasiones buscan un choque de estilos. «El año pasado llevamos a Santa María Nai el concierto de un guitarrista, que ofrecía música propia». Algo totalmente moderno, en el marco donde estuvo ubicada la antigua catedral de Ourense, «debido a la acústica que tiene».
Juan Enrique Miguéns contempla los conciertos como una fórmula para reivindicar el valor del patrimonio monumental de la ciudad. «Tenemos una catedral increíble, que continúa siendo una gran desconocida. Todo el mundo se sorprende cuando la ve. Es el gran monumento de la ciudad, que no está en la posición que se merece». Y apunta que le gustaría descubrir el esplendor del claustro de San Francisco, que todavía no conoce, tras más de una década de estancia en Ourense, porque permanece cerrado, debido a constantes proyectos de obras que nunca se llegan a completar.