El Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza es un festival de música antigua, que se celebra cada año en los meses de noviembre y diciembre desde 1997.
Se trata de un acontecimiento musical de referencia cultural en la provincia de Jaén y uno de los más importantes de Andalucía e incluso del resto de España en música antigua.
A conseguir esta importancia ha contribuido, entre otros, la capacidad de mostrar el patrimonio musical andaluz y relacionarlo con los acontecimientos culturales de las diversas épocas en que se fraguó, la calidad de las formaciones participantes, repertorios seleccionados y la autenticidad de los instrumentos.
El esplendor del Renacimiento de ambas ciudades no se conserva solo en la arquitectura o en el urbanismo, sino que subyace de alguna manera en el carácter humanista de sus habitantes como herencia de aquellos que hicieron posible la realidad que hoy se contempla.
Figuras relevantes como Andrés de Vandelvira, Bartolomé Ramos de Pareja entre otros, lograron que la integración de las artes llegará de forma natural a todos los estamentos de la sociedad.
El festival pretende ser reflejo de ese Humanismo, asumir el bagaje cultural de nuestros antepasados para transmitirlo con medios modernos y a la vez un espacio de referencia, capaz de unir y conjugar la transmisión del patrimonio con la investigación, por un lado y por otro, la formación a través de distintos cursos, de los futuros profesionales de la música andaluza.
De este modo el festival aspira a concebir la música como se concebía en el Renacimiento, relacionada con otras artes y manifestaciones del conocimiento, y su relación con la ciencia, la literatura, la arquitectura, la pintura… Pretende ser un punto de encuentro entre culturas que fomente la transmisión de ideas entre los pueblos.
Así, el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza se define como un nuevo concepto de manifestación cultural y artística, donde el patrimonio musical andaluz, principalmente, tiene el lugar que necesita para difundirse e investigarse.
FeMAUB 2017
Tras la celebración de su vigésimo aniversario, el FeMAUB 2017 ha afrontado una nueva etapa, caracterizada por la ampliación de sus escenarios, la diversificación de sus contenidos programáticos y una abierta internacionalización.
En ese sentido, el festival de este año ha estado dedicado a México, un país de triste actualidad que este año conmemora varias efemérides relevantes.
Por un lado, en 1917 se promulgaba la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aún vigente.
Dicho año fue testigo, asimismo, de la publicación de la primera historia de la música en México: El arte musical en México de Alba Herrera y Ogazón.
1917, por tanto, no es solo es el punto de partida del nuevo constitucionalismo mexicano, sino también el de la naciente historiografía de la música mexicana y, además, un punto de llegada que permite plantear, en sentido inverso a como lo hacen las tradicionales narrativas históricas, una visión retrospectiva de la música mexicana desde ese momento y hasta 1517, cuando la expedición del militar andaluz Francisco Hernández de Córdoba llegó a la costa de la península del Yucatán.
La conmemoración de ambos centenarios (1517-1917) ha constituido una ocasión propicia para articular la programación en torno a las músicas en la Nueva España criolla y el México independiente, sus elementos comunes y sus caracteres diferenciales en el más amplio marco de las tradiciones musicales de Iberia y las Américas.
Con su característica vocación pedagógica, el XXI FeMAUB ha ofrecido a través de sus cinco ciclos de conciertos una muestra del vasto universo musical mexicano, entendiendo por éste no sólo los repertorios compuestos en México durante los siglos XVI al XIX (música sacra o profana, vocal o instrumental), sino también aquellos de origen europeo que fueron conocidos, divulgados y practicados en suelo mexicano (desde la polifonía de autores andaluces hasta los grandes compositores canónicos del Barroco centroeuropeo).
Asimismo, se han desarrollado conciertos monográficos sobre instrumentos de extendido cultivo como la vihuela, la guitarra, el órgano o el piano, y se dedicará atención a las “otras” músicas mexicanas, es decir, aquellas de tradición oral, basadas en textos aborígenes o interpretados en contextos rurales.
Bajo la genérica denominación de “México mestizo” se ha querido aludir a esta extraordinaria riqueza, vitalidad y mixtura de la herencia musical mexicana, forjada tras siglos de contacto e intercambio con tradiciones europeas y africanas.
El interés del FeMAUB por la investigación científica de estos fenómenos se materializa en la celebración de un congreso internacional dedicado al estudio de la música mexicana desde la amplia perspectiva comentada.