Posdcast del programa música antigua de RNE, presentado por Sergio Pagán:

Un autor bizantino, Olimpiodoro, se lamentaba de que en su época, nada quedaba ya de la música de los antiguos griegos.

Sin embargo, en el Renacimiento, se buscó la recuperación de esas músicas, esos ritmos clásicos grecolatinos.

Y si no se consiguió del todo, al menos se trató de volver a los versos de los grandes poetas de la antigüedad adornándolos con músicas cercanas a sus orígenes.

Josquin, Willaert, Lejeune, Tromboncino, Cara o Lasso fueron algunos de los que se ocuparon de ello.

De todo este fascinante proceso que se extendió a lo largo de varios siglos nos hablará hoy nuestro invitado, Jorge Bergua Cavero, autor del libro «La música de los clásicos».

COMPOSITORES DE LAS OBRAS

Josquin Des Prés, derivado del flamenco «Josken» , diminutivo de «José» , latinizado Josquinus Pratensis (c. 1450 a 1455 – 27 de agosto de 1521) fue un compositor franco-flamenco del Renacimiento, considerado el más famoso compositor europeo entre Guillaume Dufay y Giovanni Pierluigi da Palestrina, y la figura central de la escuela musical flamenca. También es conocido como Josquin Desprez.
Es comúnmente considerado como la figura central de la escuela franco-flamenca. Josquin es ampliamente considerado por la erudición musical como el primer maestro del estilo de música vocal polifónica del alto Renacimiento, que empezaba a surgir en su época.

Durante el siglo XVI Josquin adquirió paulatinamente fama como el mayor compositor de la época, cuya técnica y expresión magistrales fueron universalmente imitadas y admiradas. Plumas tan dispares como Baldassare Castiglione y Martin Luther escribieron sobre su reputación y fama, teóricos como Heinrich Glarean y Gioseffo Zarlino consideraron su estilo la mejor representación de la perfección. Fue tan admirado que los copistas le atribuyeron multitud de composiciones anónimas, probablemente para aumentar sus ventas. Se le atribuyen al menos 374 obras; ha sido tan sólo tras la llegada de la erudición analítica moderna cuando se han puesto en duda algunas de esas erróneas atribuciones, con la base de pruebas manuscritas y rasgos estilísticos.

Sin embargo, a pesar de la enorme fama de Josquin, que duró hasta el comienzo de la época barroca y se revitalizó en el siglo XX, su biografía es oscura, y no sabemos casi nada de su personalidad. La única obra que pervive que puede ser de su propia mano es una pintada en el muro de la Capilla Sixtina, y tan sólo se conoce una referencia contemporánea a su personaje, en una carta de Duke Ercole I de Ferrara. Las vidas de docenas de compositores menores del Renacimiento están mejor documentadas que la de Josquin.

Adrian Willaert (c. 1490 – 7 de diciembre de 1562) fue un compositor flamenco de música del Renacimiento, y fundador de la Escuela Veneciana de música. Fue uno de las más representativos miembros de la generación de compositores nórdicos que viajaron a Italia y trasplantaron allí el estilo polifónico holandés de la música franco-flamenca.

Nació probablemente en Brujas, aunque una fuente secundaria ha sugerido Roulers. Según su alumno Gioseffo Zarlino, el renombrado teórico musical del fines del siglo XVI, Willaert fue a París a estudiar leyes, pero en cambio decidió dedicarse a la música. En París conoció a Jean Mouton, principal compositor de la capilla real francesa, y compatriota estilístico de Josquin Des Pres.
Alrededor de 1515 Willaert viaja por primera vez a Roma. Se conoce una anédocta ilustrativa de la habilidad musical del joven compositor: Willaert se sorprendió de encontrar al coro de la capilla papal interpretando una de sus obras, seguramente el motete a seis voces «Verbum vonum et suave», y mucho más sorpendido al enterarse de que lo atribuían a Josquin des Pres, por entonces mucho más famoso. Cuando Willaert informó a los coreutas de su error, parece ser que evitaron continuar cantando la obra. Obviamente, el estilo temprano de Willaert es muy similar al de Josquin, con suaves polifonías, voces balanceadas y uso frecuente de la imitación.

En julio de 1515, Willaert ingresa al servicio del Cardenal Ippolito I d’Este, en Ferrara. Ippolito fue muy viajero, y Willaert lo acompañó a menudo a varios lugares, incluyendo Hungría, donde aparentemente permaneció entre 1517 y 1519. Cuando el cardenal muere en 1520, Willaert entra al servicio del Duque Alfonso d’Este de Ferrara. En 1522, obtiene un puesto en la capilla del Duque, donde permanece hasta 1525, hasta que ingresa al servicio de Ippolito II d’Este en Milán.
Uno de los principales logros de Willaert, importante también para la propia historia musical del Renacimiento, fue ser seleccionado como maestro de capilla en San Marco de Venecia. Allí la música languidecía bajo su predecesor, Pietro de Fossis, pero la situación cambiaría rápidamente.

Desde su nombramiento en 1527 hasta su muerte en 1562, Willaert mantuvo su puesto en San Marco. Compositores de toda Europa llegaban a Venecia para estudiar con él, y sus requisitos eran altos tanto para el canto como para la composición musical. Durante su empleo anterior para el Duque de Ferrara, había adquirido numerosos contactos y amigos influyentes en toda Europa, incluyendo la familia Sforza en Milán. Sin duda ellos ayudaron a difundir la reputación de Willaert, produciendo la llegada de músicos extranjeros al norte de Italia.

 

Bartolomeo Tromboncino (Verona, 1470 — Venecia, después de 1534), fue un compositor italiano del renacimiento. Estuvo al servicio de la Corte de Mantua, bajo la protección de la noble italiana Isabel de Este, gran amante de las artes, posteriormente se trasladó a Venecia, VicenzaCasale, de nuevo a Mantua entre 1501 y 1513 y Ferrara.

En el año 1499, asesinó a su esposa tras descubrirla en adulterio, en parecidas circunstancias el compositor italiano Gesualdo acabó con la vida de su mujer cien años después. Según parece Tromboncino dejó escapar al amante, a diferencia de Gesualdo que acabó con la vida de ambos (las fuentes escritas son contradictorias en este aspecto).

Tras abandonar la Corte de Mantua, estuvo al servicio de la célebre envenenadora Lucrecia Borgia. Antes de 1521 se trasladó a Venecia donde pasó los últimos años de su vida.

Lo más conocido de su obra es su colección de más de 170 frottolas (canciones a 4 voces que pueden considerarse antecesoras del madrigal). A pesar de ser instrumentista, pues se sabe que interpretaba con el trombón, circunstancia a la que se debe su nombre de Tromboncino, no existe ninguna pieza suya conservada que tenga carácter instrumental.

Marchetto Cara (Verona1470 — Mantua, después de 1525), fue un compositor laudista y cantante italiano.

Sus padres fueron Antonio y Domenica Cara. Se sabe que su padre trabajaba como sastre y barbero.

En un principio realizó estudios para dedicarse a la vida eclesiástica, pero abandonó los hábitos y estaba situado al sevicio de la corte de Gonzaga en Mantua como músico.

Estuvo al servicio como compositor y cantante del Marques Francesco Gonzaga y su mujer Isabel de Este gran protectora de las artes. En esta famosa corte convivió con otros músicos del renacimiento que también estaban al servicio de la misma, como Bartolomeo Tromboncino.

En 1506 ayuda a su hermano sacerdote Benedetto Cara, que había sido condenado a prisión por mantener relaciones con una mujer. Consigue su libertad y además le aseguró empleo como cantante en la corte

Se casó dos veces, primero con Giovanna Moreschi, también cantante y tras enviudar en 1509 con Barbara Leale.

En 1511 fue nombrado maestro de capilla de Francesco Gonzaga y su hijo Federico, siendo por tanto el encargado de la parte musical de los servicios religiosos de la catedral de San Pietro y de la música profana que se interpretaba en la corte.

Falleció en 1525 poco después de realizar su testamento.1

Es famoso como compositor por sus frottolas (canciones polifónicas predecesoras del madrigal). Una de sus Frottolas es «Io non compro piú speranza» que fue compuesta en 1504 y publicada en el primer libro de Frottolas de Petrucci.

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