El maestro Savall se presentó en la intimidad de una única fuente de luz, y los diferentes registros sonoros de «las voces humanas» se adaptaron a un apropiado claroscuro escénico en el concierto «Les voix humaines» ofrecido en la Sala de cámara del Auditorio de Oviedo el pasado 1 de abril de 2014…
La viola de gamba tiene voz propia -el instrumento de siete cuerdas Barak Norma (Londres 1697) con el que tocó es extraordinario, además, en su singularidad-, algo muy destacable cuando se escuchan algunas piezas que han llegado al público a través de instrumentos más modernos -como en el caso de Bach, la «Allemande» de la quinta suite, por ejemplo-, que adquieren el valor de la sonoridad, a veces recreada, primigenia.
El llanto interiorizado del segundo bloque con piezas de los De Sainte-Colombre, y Bach con improvisaciones, fue paradigmático en la riqueza de la proximidad en la que el instrumento sitúa la vibración en registros «de pecho», incluso más profundo, casi sexuales en aproximación por semejanza de imagen al cuerpo humano del propio instrumento, allí donde situamos la voz cuando se expresa lo profundo, lo sincero o lo más íntimo.
Y más aun, las cuerdas graves -en las que Savall desplazaba físicamente hacia delante el instrumento para darles amplitud- llegan a tener un sombrío carácter telúrico.
El pizzicato de «Les pleurs» es otra forma de aproximación al lenguaje, pellizcando las cuerdas, como el sentimiento cercano e íntimo.
Las voces humanas ampliaron esos registros en continuo enriquecimiento, en el «Preludio» de De Machy -de nuevo en Re menor- y en las soberbias «Muzetes» y «La sautillante» del emblemático Marin Marais, ésta última en extraordinario vuelo virtuosístico, además de bello enriquecimiento polifónico.
«Musicall humors» de Tobias Hume mostró imágenes sonoras diferenciadas, «A souldiers March & Galliard», fue el primer ejemplo de ello, música también más extravertida, incluso descriptiva.
Con Hume se encuentra, concretamente en «Harke, harke», una de las más antiguas referencias al empleo «col legno» -percutir con la madera del arco sobre la cuerda-, lo que confiere un característico sonido.
En «Lessons for the lira-viol» se agrupó a Ferrabosco, Ford y Playford con un lenguaje próximo a la cuerda pulsada del laúd, distintas afinaciones de la viola de gamba ampliaron, también, las posibilidades tonales del instrumento.
Las piezas anónimas extraídas del «Manchester Gamba Book» dirigieron la mirada sonora hacia la afinación de la cornamusa, cuarta y quinta cuerdas cruzadas incluidas a modo de bordón.
Savall revive la tradición interpretativa de la viola de gamba, que se truncó en el siglo XVIII, para lo cual se ha tenido que hacer una importante labor de investigación.
El tañedor de viola de gamba moderno -antes tan próximo al laúd y a la tiorba por formación musical- también mira hacia otras tradiciones musicales para comprender mejor el lenguaje de este instrumento, que, en gran medida bajo su maestría, ha vuelto a ponerse en servicio y ha adquirido el valor expresivo que determina el lenguaje de un repertorio esencial en la historia de la música.
Música de tradición irlandesa de principios del siglo XIX y una canción de cuna de la Bretaña francesa fueron las propinas de cierre de este viaje en el tiempo, el espacio y los registros sonoros y «vocales» de un anciano que no caduco instrumento del que Jordi Savall es referencia.
Fuente Ine.es
Gracias Música Antigua !! por las maravillosas y edificantes entrevistas que están compartiendo del maestro Savall, desde el Sur del Mundo, salud!