Los informes PISA han coronado durante años a Finlandia como el país con el mejor sistema educativo de la OCDE.
Queremos conocer desde dentro el día a día de un colegio de Helsinki para desentrañar las claves de su éxito.
Nueve de la mañana; colegio público de educación primaria Kaisaniemi.
La directora del centro, Merja Kuosmanen, saluda en un español casi perfecto aprendido durante cuatro veranos en Madrid.
Dirige una escuela ubicada en el centro de Helsinki que cuenta con 394 alumnos repartidos en seis cursos.
Kuosmanen no tarda en pronunciar el Mantra de la educación en Finlandia:
“El contenido no es lo más importante, lo que importa es el alumno. Aquí tratamos de desarrollar su potencial individual y para eso nos centramos en la persona y no en transmitir información, seguimos el constructivismo pedagógico”, explica, convencida.
Esta teoría pedagógica defiende que cada alumno construya su conocimiento con las herramientas que le proporcionan los maestros, pero siempre siguiendo un procedimiento propio e individual.
La gratuidad de la educación finlandesa es uno de los detalles que más llama la atención de este sistema.
Desde el comienzo de la historia educativa de un niño hasta la obtención de un título universitario, todos los cursos son gratuitos y además se busca la escuela más cercana a la casa del alumno y, si tiene que desplazarse a una que esté un poco más lejos, se le proporciona una tarjeta de transporte para que pueda ir sin problemas.
Entre instrumentos y espectáculos
La escuela de Kaisaniemi es una de las ocho situadas en el área de Helsinki que cuentan con un plan intensivo de música y baile.
Ambas asignaturas forman parte del plan de estudios y los cursos, desde tercero, están divididos en dos clases: en una están centrados en el estudio de la música y, en la otra, en el baile.
Estudiar una asignatura u otra es obligatorio y son los alumnos, junto a sus padres, quienes escogen “el enfoque” que va a tener su curso.
Por su parte, los niños de quinto, de 11 y 12 años, de la clase de música graban cada año un CD con canciones que ellos mismos tocan y cantan.
Es una tradición del colegio, pero desde hace cinco cursos son los alumnos quienes también componen las melodías y letras de las canciones.
Para que todo este trabajo salga bien, los profesores disponen de su tiempo libre para ensayar con sus alumnos.
En temporada de ensayos, muchos días se van a casa a las doce y media de la noche.
En la clase de música de sexto, Satu Hakulinen dirige a los alumnos mayores del centro, de 12 y 13 años, mientras tocan una pieza de música clásica con diferentes instrumentos.
“Estamos ensayando uno de los últimos conciertos que darán en el colegio: el año que viene empiezan el instituto”, explica.
En las aulas se respira silencio y respeto hacia los profesores, profesionales muy motivados y con una larga preparación universitaria en pedagogía y en las diferentes asignaturas que se cursan en primaria.
Están contentos, aprecian los buenos resultados y se muestran orgullosos de su trabajo.
Una prueba de esta motivación es la maestra Eva Ryhänen, de 65 años, ya retirada.
“Después de 38 años en la enseñanza, algunos de ellos como subdirectora de un colegio en Espoo, quiero seguir activa y continuar enseñando, es mi hobby”, cuenta Ryhänen, risueña.
Se encarga de las clases de teatro que imparte cada viernes, “pero vengo muchos otros días para dirigir diferentes actividades y proyectos, ahora estoy tratando de que los padres se involucren más en estas actividades”.
Escrito por Pilar Díaz Jiménez | ElConfidencial
¿Aprenderán algunos ignorantes aquí?
Te puedo asegurar que aprenden! Doy clases de musica en la escuela publica… Clases de MUSICA! Si el docente quiere, se puede. Claro, es más facil no hacerlo 🙂
ojala ,los argentinos pensaran igual
i always thought northern europe was my kind of europe…ahahahha
En España, los profesores de música también dedicamos muchas veces nuestsro tiempo libre para ensayar con los alumnos, les motivamos para participar en audiciones fuera del centro, dentro de él, etc.
Totalmente cierto.
Lástima que no dispongan de los mismos medios, apoyo institucional, sueldos, reconocimiento y respeto de sociedad y políticos, presupuestos y autonomía para desarrollar proyectos dentro de las aulas..pequeños detalles que nos hacen diferentes y que dificultan un poquito la tarea de nuestros professores y maestros.
Siempre me ha sorprendido la brutal proporción de grupazos fineses en relación a sus 4,5 millones de habitantes. También es aplicable a Suecia, Noruega e Islandia.
Lo mismito que en España…
eso de que los niños acaben a las doce y media de la noche no me gusta nada ¿y cuando hacen vida familiar?¿cuando ven a sus padres?, los niños tienen que ser niños y necesitan de sus padres, además de estar con sus amigos y no solo en plan estudios. ¿y esos trabajadores?¿cuando van a descansar y a estar con sus familias si se las pasan trabajando su tiempo libre hasta esas horas?¿como llevan el estres del trabajo?Todo lo demás me parece perfecto.
Dice el artículo que en temporada de ensayos, no es siempre.
Ya, pero son otros profesores y padres de alumnos quienes echan toda esa ilusión a perder. Estoy cansada de escuchar a padres diciendo que los niños necesitan descansar, y quizá a las 12 y media sea exagerado. Pero si son 2 días a la semana hasta las 9 en España eso es impensable, el «tiempo de ocio» de ver la tele está muy defendido. Que triste.
Igualito que aqui, que si tocamos algo que no sea el himno de España o titanic con la flautita vamos sobrados. Hay que joderse . . .
Que se sabe de sobra que hay profesores de musica buenos y que se comprometen en los colegios, pero la mayoria ni siquiera se preocupa de sus alumnos; es mas, yo he tenido algunos que podias estar toda la hora sin hacer nada y no te decia nada porque estaba haciendo cualquier tonteria que no tenia que ver con la clase.
Todos los docentes deben ser concientes de los beneficios de la música en los niños…aprender a tocar la flauta dulce…un instrumento accesible …que enseña a poner atención…el principal problema social.